Ambas disciplinas comparten similitudes, pero también tienen sus diferencias. Se puede optar por una o practicar ambas y obtener beneficios más completos para nuestro organismo.
Una es una disciplina tradicional, asiática y milenaria. El otro es un sistema de entrenamiento físico y mental creado a principios del siglo XX.
Muchas veces cuando tenemos algún problema de espalda o, simplemente, no queremos hacer un ejercicio muy intenso, nos recomiendan que practiquemos yoga o pilates.
¿En qué se parecen? ¿En qué se diferencian?
Hay algo que ambas disciplinas tienen en común: sirven para disminuir el estrés y ayudan a mejorar nuestra salud mental y corporal.
En el caso del yoga, aunque tiene más de 5.000 años, hace muy poco que se ha puesto de moda en Occidente. Ashtanga yoga, hot yoga (con calor), yoga aéreo, de la risa, etc.
El caso del pilates es un poco más diferente. No es una búsqueda espiritual, sino más bien de rehabilitación. J. Pilates inventó la disciplina, utilizando resortes para ayudar a los pacientes postrados a desarrollar sus músculos.
Entonces, ¿con qué me quedo?
Lo ideal es combinar ambas.
El pilates se ha convertido en el pilar de la rehabilitación, especialmente para problemas de espalda. También es ideal para otras condiciones, como la incontinencia urinaria. Mientras que el yoga trabaja también todo el cuerpo tiende a ser más meditativo . Ambos son excelentes durante el embarazo.
Al final es una cuestión de preferencia personal, como todo en esta vida.